lunes, 30 de diciembre de 2013

Cinco años

Y de repente, una mañana te levantas y decides que ya está bien de callar, de fingir, de esconder tus deseos y de renegar de tus fantasías, y asumes que vas a ir a por lo que hace tanto tiempo sueñas, y te convences de que no es malo y de que tienes derecho a descubrirlo. Sabes, porque la experiencia es un grado, que es posible que no sea tan bueno como imaginaste. Eres consciente, porque ya tienes una edad y te conoces muy bien, que tal vez cuando lleves tu imaginación a la vida real no sea lo que esperabas, pero aún así has de vivirlo. Temes, porque eres viciosa y así te reconoces, que el tema te “enganche” tanto que pueda ser perjudicial para ti, que entres en un bucle del que luego no puedas ni quieras salir.


A momentos la pereza te invade…. Tú que lo controlas todo, a estas alturas vas entrar en un mundo nuevo del que no sabes nada. Siempre has odiado ser principiante, la novata, desconocer, ignorar y tener que discernir de quién puedes aprender, a quién puedes escuchar. Empiezas a buscar información, lees, te empapas, intentas instruirte, pero también sabes por experiencia, que en ocasiones la teoría es interesante pero luego poco tiene que ver con la práctica, así que optas por dejar de leer, una vez conocidas las bases que rigen ese modo de vida. De repente te asustas al caer en la cuenta de que necesitas una pareja para jugar a esto. Después de tantos años sola, haciendo tu santa voluntad, sin dar cuentas a nadie y sin compartir vas a lanzarte a caminar en compañía. Días y días reflexionando, decidiendo, calibrando, valorando los pros y los contras. Sabes que una vez hayas tomado una decisión nada te hará dar marcha atrás, pero ser consciente de ello también te hace pensar en la posibilidad de un fracaso, de una desilusión. Justo ahora que por fin has encontrado el equilibrio, que te sientes bien, que vives relajada y feliz, pretendes meterte en una historia de la que tal vez salgas perjudicada. 



De pronto recuerdas la facilidad que tienes para hacer que todo parezca más difícil de lo que es en realidad y te das cuenta de que no es tan complicado, de que, una vez más, si no sale bien pues no ha salido. Reconoces para tus adentros que estás acostumbrada a ello, que llevas la mochila bien cargada de éxitos y fracasos y que uno más ni aligerará su peso ni lo incrementará tanto como para que no puedas soportarlo. Se te ocurre que esta vez podrías utilizar un poco el sentido común y poner barreras de protección, tal vez de esta forma te sientas más segura para lanzarte. Y pasas ya no días, sino semanas, creándote ese escudo. Barreras? Quién dijo barreras? Levantas uno tras otro varios muros que no derrumbaría un tsunami.



Y al final una mañana observas que ya hace varios meses desde aquella otra mañana en la que empezaste a valorar la posibilidad de llevarlo a cabo, y como siempre haces, ese día determinado ve a saber por qué, porque las estrellas se han puesto en fila india, porque luce un sol veraniego y sólo acaba de empezar la primavera, porque algo te ha hecho sentirte hoy más rebelde que nunca, olvidas todas tus elucubraciones, te miras al espejo y te dices a ti misma…. “Nena, eres sumisa, y vas a disfrutar de ello”. Y te lanzas, y abres la puerta a un mundo desconocido, y te integras en él, y te gusta lo que lees, y te gusta lo que observas, y te gusta lo que aprendes, y por fin admites que no, aún no eres sumisa, pero estás en el camino para serlo. Levantas la cabeza y empiezas a recorrerlo...



De todo eso ahora hace cinco años. Cinco años en los que ha habido pocas desilusiones, algunos desencuentros, muchos momentos gratificantes y unos cuantos maravillosos. Se derrumbaron los muros, rompiste con prejuicios y temores, disfrutaste de todas y cada una de las experiencias vividas y nunca, en ningún momento, te has arrepentido de abrir esa puerta por la que ahora sabes que nunca volverás a salir.



Este es mi homenaje a la mujer que hay detrás de Anastasia porque es cierto que hace exactamente cinco años que decidió entrar en este mundo, y no sé si por el BDSM, por las personas que en él ha encontrado, por lo que ha conocido o por lo que aún le queda por conocer, en este tiempo ha crecido mucho más que en los últimos 40 años… Pero el mayor homenaje lo tiene ganado porque sin duda ahora sabe hacer algo que antes no tenía ni idea de cómo llevar a la práctica… ahora se quiere.



Anastasia ©

29.03.2008

No hay comentarios:

Publicar un comentario