sábado, 4 de enero de 2014

El cazador y su presa


El Cazador estudia a la presa, la huele, la intuye, la valora, calcula su fuerza, la tienta sutilmente lanzando el cebo, esperando el momento de atraparla sin fuerza, sin presión, con inteligencia y sin prisas, haciendo que sea ella quien se acerque a El poco a poco, por su propia voluntad.

La presa sabe que el Cazador está ahí y disfruta de la sensaciones que le provoca su interés. Por fin la tensión, la adrenalina corriendo por sus venas de nuevo. Es aventurera, sabe que es muy posible que acabe entregándose y que eso le puede aportar grandes satisfacciones, pero es precisamente por ello que quiere demorar el momento. 

La experiencia le dice que nada que sea fácil lograr merece la pena y no quiere desaprovechar la oportunidad. Hace demasiado tiempo que caperucita no encuentra un Lobo a su altura...

Anastasia ©
01.06.2013

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