martes, 20 de mayo de 2014

Electroestimulación

I/ Fundamentos teóricos
1) La electricidad
- a. Definición:
La electricidad es simplemente el desplazamiento de electrones entre dos puntos a lo largo de un conductor.
Para la los profanos, esto sin duda parece chino. Para hacerlo más simple y didáctico utilizaré algunas comparaciones o metáforas ya que es importante entender algunos conceptos de la física electrónica.
La electricidad se puede comparar al agua simplificando bastante. Todos conocemos el agua y sabemos lo que és: un fluido que podemos medir en sus volúmenes y movimientos.
Pasa lo mismo con la electricidad pero no se utiliza el mismo vocabulario técnico.

- b. Mediciones y valores:

Es importante tener una idea de estos conceptos a la hora de utilizar los aparatos/juguetes eléctricos ya que la mayoría permiten graduar la tensión, la intensidad y la frecuencia. Las sensaciones que se producirán están íntimamente ligadas a estos elementos.

Tensión:
 La tensión se mide en Voltios. Todos tenemos una vaga idea de lo que es ya que manejamos esa medida a diario. Por ejemplo, la tensión de nuestras casas es de 220V en alternativo, la de muchas pilas que usamos es de 1,5V o 9V en continuo.
Más precisamente la tensión representa el volumen o caudal de electricidad que circula en un instante en un punto dado. Es como el caudal de un rió o de un grifo. A mayor voltaje mayor caudal de corriente.
Intensidad: La intensidad se mide en Amperios. Su denominación ya nos da una idea de su significado. En el caso del agua, correspondería a la fuerza con la que baja un río por ejemplo. A mayor pendiente mayor intensidad, y en la llanura el río corre lento en baja intensidad.
Resistencia: La resistencia se mide en Ohmios. Es la medición de la dificultad que tiene la corriente en atravesar un material. Un aislante eléctrico tiene resistencia infinita, no conduce la electricidad. Un metal suele ser un buen conductor con poca resistencia. Si imaginamos un fregadero atascado lleno de agua, el tapón que lo atora seria una resistencia que ofrece más o menos facilidad al paso del agua.
Imaginemos ahora un grifo, es un reostato o una resistencia variable que nos permite artificialmente facilitar o dificultar el paso de la corriente o del agua.
Vemos que claramente hay una relación entre estos tres conceptos, tensión, intensidad y resistencia.
La formula es tensión = Resistencia x Intensidad.
Es decir que si la tensión (el caudal del grifo) es fija, aumentando la resistencia (cerrando el grifo) reduciremos la intensidad (la fuerza con la que sale el agua). E inversamente 
Frecuencia: La frecuencia se mide en Hertz. Es la amplitud de la sucesión de una serie descargas de corriente. Traduciendo del chino, se puede comparar a las olas que pueden ser más o menos grandes y más o menos seguidas. Posiblemente sea más intuitivo pensar en sonidos cuando se considera la frecuencia. Una frecuencia baja son sonidos graves, olas amplias, largas y espaciadas. Una frecuencia alta son sonidos agudos, una muy rápida sucesión de olas cortas.
2) Anatomía
Las sensaciones del cuerpo se analizan y procesan en el cerebro. En nuestro cuerpo el cerebro está en permanente interacción con el resto del cuerpo recibiendo información del cuerpo y transmitiendo información y ordenes al cuerpo.
Esta información y órdenes circulan y se transmiten por el cuerpo gracias al sistema nervioso mediante impulsos eléctricos. Por tanto cualquier impulso eléctrico externo al cuerpo transmitirá informaciones y/o interferirá con órdenes del cerebro.
Ese es el fundamento del uso de la electricidad en el cuerpo humano. Los aparatos de gimnasia pasiva por ejemplo interfieren con órdenes del cerebro, y directamente transmiten a un músculo la orden de contraerse.
Utilizo este ejemplo de manera a recalcar que la electricidad puede ser invasiva y superponerse a órdenes naturales del cerebro. Trataré esta idea en el apartado de seguridad.
Así las cosas, está claro que la electricidad provoca acciones o transmite informaciones al cerebro. Según el modo en que se utilice, podrá por tanto transmitir ordenes (contraer un músculo) o información (sensaciones: placer, dolor, molestia, cosquillas, hormigueos etc...).

II/ Electroestimulación erótica
1) Material y aparatos
Desde los años 50 se utiliza la electricidad de modo habitual en medicina. Obvio las terapias de electroshock de años anteriores que tenían poco de medical y mucho de salvaje.
Los primeros aparatos se asemejan a lo que hoy se denominan EMS. Mas adelante, con los progresos de la técnica y la investigación fueron apareciendo otros aparatos denominados TENS en los años 90 y poco después aparatos de electroestimulación erótica.

- a. EMS - Electro Muscle Stimulation:

Son aparatos usados para provocar contracciones musculares mediante impulsos eléctricos. Son claramente invasivos ya que se superponen a órdenes del cerebro, que pierde el control del músculo que se contrae y relaja siguiendo las descargas eléctricas del EMS.
La corriente se transmite al músculo de forma muy local recorriendo la piel a través de un gel conductor que se aplica previamente. Es el típico aparato de tele tienda para adelgazar (?) y tonificar el músculo "sin esfuerzo".
De cara a un uso sexual, no es el aparato idóneo ya que está claramente orientado a accionar músculos y no a transmitir información al cerebro. Esto se debe simplemente a que las frecuencias, tensión e intensidad no se corresponden realmente a las de información al cerebro y sí se parecen al las de las ordenes del cerebro.
Como a nivel sexual buscamos sensaciones, son aparatos que si bien son baratos, no sirven realmente. Aunque claro, quizás haya a quien le guste. Cuestión de gustos.
- b. TENS - Transcutaneous Electrical Nerve Stimulation:
Son aparatos que aparecieron en los años 90 en terapias de sofrología (alivio del dolor). Consisten en descargas de corriente con nuevamente la intensidad, voltaje y frecuencia específicamente pensados para transmitir información al cerebro (y no interferir con el) que entonces responde interpretando esa información traduciéndola en sensaciones y a veces con ordenes musculares.
Médicamente se utilizan para inhibir las sensaciones de dolor de algunas zonas del cuerpo (e.g. dolores de espalda).
Huelga precisar que son mucho mas adaptados a un uso sexual.
- c. Artilugios caseros:
Hay amantes del bricolaje que usan aparatos caseros para electro-estimulación desviándolos de su función original. Suelen utilizar aparatos de música (lectores de CD) para "programar" sonidos que descargan al cuerpo en vez de a un altavoz. Es evidentemente inadecuado y hasta peligroso por varios motivos, en particular porque la fuente de alimentación es la corriente del domicilio. Mas adelante también se tratara este tema en el apartado de seguridad.

- d. Aparatos de electroestimulación erótica:

Son aparatos derivados del TENS, básicamente son lo mismo con el matiz que las frecuencias voltaje e intensidad difieren del TENS. El objeto de estos aparatos no es inhibir una sensación, sino al contrario provocarla. Están especialmente pensados y adaptados para precisamente estimular zonas erógenas. Cuentan además con una amplia variedad de accesorios adaptados para juegos sexuales tanto para hombres como para mujeres. Se pensaron para producir placer aunque obviamente llegado un punto que varia según cada individuo y circunstancias pueden provocar sensaciones o desagradables o dolorosas. Esto los convierte en juguetes o instrumentos idóneos en Ds ya que permiten controlar con una precisión absoluta el placer y el dolor que se administra.
Mediante su uso, se pueden obtener orgasmos incontrolados sin uso de ningún objeto o acto adicional. Hay en la red unos cuantos videos de eyaculaciones "sin manos" solo por electroestimulación y pasa igual con los orgasmos femeninos.
- e. Material:
En este apartado solo trataré de aparatos de electroestimulación erótica.
Las principales marcas son:
Paradise Electrostimulation,
Folsom Electric,
Erostek,
Rimba,
Performer.
Salvo el performer (que es el que utilizo) son fabricantes americanos. Los más populares son Erostek y Rimba. Todos ofrecen sobradas garantías de calidad y seguridad del material.
Funcionan en general en base a pilas de 9V, disponen de un amplio y variado surtido de contactos eléctricos.
Los más básicos permiten variar la intensidad, el voltaje y la frecuencia que se administra. Los hay mucho más elaborados que pueden programarse y aportar más complejidad a las sensaciones.
Los contactos y complementos suelen ser parches de contacto, anillas de pene, consoladores vaginales y anales, sondas uretrales y un largo etc de juguetes sexuales adaptados.

2) Usos y aplicaciones

En lo que se refiere a los usos y aplicaciones, estos nos vienen dados por los complementos de contacto que disponemos.
Se aplican en las zonas erógenas adaptadas al contacto. Si es consolador o sonda en penetración y si son parches en superficies de la piel (clítoris, pene, roseta del ano, escroto, labios vaginales etc...)
Para principiantes es recomendable una vez adquirido el aparato, probarlo consigo mismo experimentando las diferentes sensaciones y versatilidad de su juguete. Esta experiencia que adquiera, le será extremadamente útil a la hora de saber utilizar correctamente el aparato en terceras personas.
Nada sustituye al conocimiento personal y este artículo solo puede servir para levantar tabús debidos al desconocimiento.
A pesar de que Alt sea una web de BDSM, ante todo hay que tener presente que la electroestimulación erótica (correctamente usada) no es peligrosa y produce un intenso placer.
3) Sensaciones y experiencias
Solo puedo hablar aquí de mi propia experiencia, tanto personal en mi como en mis juegos con otras personas.
En todos los casos, empezando con una tensión suave (4V +/-) el cuerpo se va a acostumbrando a la sensación y gradualmente se puede ir subiendo el voltaje poco a poco incrementando las sensaciones.
Las sensaciones que se transmiten con estos juguetes son muy variadas y dependen obviamente de como se utilice y gradúe el aparato.
Por regla general he comprobado que hay dos elementos fundamentales que varían las sensaciones: la frecuencia y la tensión.
La intensidad solo hará que se sientan (valgan las redundancias) las sensaciones con mayor o menor intensidad.
De los dos conceptos que menciono, el fundamental es la frecuencia:
En mujeres, y administrándolo vía consolador, las sensaciones vaginales o anales son mucho mas placenteras e intensas en frecuencias bajas. A medida que sube el placer, se va subiendo la corriente y es frecuente ver como el placer es tal, que la vagina se va contrayendo sola y el consolador "late" entrando y saliendo solo al ritmo de las descargas.
Estos aparatos, a menudo ofrecen además una posible graduación de latido consistente en un apagado/encendido seguidos que se pueden graduar en velocidad o frecuencia. Usando este refinamiento se puede literalmente simular dar el ritmo de una penetración lenta y profunda o rápida y fuerte. Bien llevado todo esto, con práctica se llega al orgasmo.
Físicamente, la sensación que producen las frecuencias bajas por lo que me han explicado las mujeres con quien lo practique es la de una mano o pene gigante que se abre y cierra en la vagina. Técnicamente, el cerebro interpreta esa información eléctrica y responde buscando placer utilizando los músculos de la vagina haciéndolos contraerse y soltarse como en un acto sexual.
En un hombre, las frecuencias bajas producen la misma sensación en caso de penetración uretral o anal. Para los caballeros... solo les pido imaginar la sensación ficticia de una penetración uretral con una mano gigante que se abre...  Miedo? pues es erróneo porque es placentero.
En lo que atañe a frecuencias altas o agudas, la sensación es más puntual, un hormigueo en la zona de contacto con tensión baja que va pasando a unas hormigas que muerden hasta la de una aguja clavándose a medida que se sube la descarga. Esto hace que estas frecuencias sean idóneas para zonas cutáneas ya sea clítoris o pene.
Una vez aprendido el placer con el aparato, descubierto que complementos, frecuencias y tensiones gustan más, siempre habrá quien quiera experimentar sensaciones más fuertes. Hay dos posibilidades para ello... subir la tensión de la descarga, provocara que la sensación se amplifique y precipite. Asï se puede llegar a un punto en que el placer se hace doloroso, en que las contracciones inducidas son demasiado fuertes e intensas haciendo que aparezca dolor.
Ahí depende luego de cada individuo y del tiempo que se este utilizando el aparato:
- Por una parte si se sube gradualmente al cuerpo y al cerebro le da tiempo asimilar la sensación acostumbrándose a ella y suavizando su efecto, y por otra parte en un uso muy prolongado, simplemente la pila se va descargando perdiendo intensidad y voltaje.
- Por otra parte se pueden variar las sensaciones de otra manera... una descarga extremadamente placentera en su nivel, lo es cuando se llega a ella gradual y progresivamente. De golpe... es todo lo contrario. Cuestión de experimentar... Pasa lo mismo cuando se mueven los contactos o se retiran sin apagar el aparato.
III/ Seguridad
Sin duda este es un apartado clave y obligatorio.
Hablare desde lo que sé y desde mi experiencia.
1) Siempre atenerse a las recomendaciones del aparato. Es fundamental usar un aparato en buenas condiciones, con contactos limpios y esterilizados si fuese el caso.
2) Obviamente nunca jugar a modificar para "mejorar" el aparato del que se dispone.
3) Zonas de contacto: Es unánime en todos los aparatos y así lo indican médicos y gente sensata, nunca utilizar la electroestimulación por encima de la cintura, dicho en claro: ni pechos ni cabeza. Hay un riesgo de paro cardiaco si no se respeta esta regla.
4)Gel conductor: usar siempre un gel conductor de base acuosa y asegurarse que las zonas de contacto no están secas. O hay flujo o se añade gel. Y al comienzo, mejor siempre usar gel conductor. Mejorara las sensaciones.
En caso de uso prolongado asegurarse que no se reseca ya que entonces se pueden provocar ligeras quemaduras en la zona de contacto.
5) Para los que lo piensan usar "a lo bestia" (y no lo aconsejo) sin pensar a mas... por precaución les recomiendo usar mordaza, no por los gritos, sino para evitar que la victima se muerda la lengua.
6) Por ultimo, insisto en que es mejor utilizar aparatos pensados para ello. Los adeptos de los aparatos caseros se arriesgan a que una disfunción de su aparato, sea cual sea, acabe trágicamente. Estos aparatos usan corriente alterna de 220V... la corriente alterna es firmar un paro cardiaco se aplique donde se aplique. El riesgo de un fallo del transformador puede cambiar tanto el voltaje de salida como la alternancia de la corriente. Dicho eso... cada asuma su responsabilidad.

IV/ Conclusión

Hay que perder el miedo a la electricidad. Desde pequeños nos han inculcado (y con razón) el miedo al enchufe de la pared.
Pero estos aparatos se basan en pilas de corriente continua, derivan de nuestro saber tecnológico y medico de hoy. Son aparatos seguros y pensados para el placer. El uso que se haga de ellos, mas allá del placer es cuestión ya de gustos personales.
Respetando normas básicas de seguridad, hecho que siempre existe en cualquier juego BDSM, es una vía extremadamente versátil, poderosa y atractiva.
También animo, a quienes tienen experiencia, enriquezcan esta información, aportando su saber, sensaciones y experiencias.
Publicado por Charlybcn

sábado, 10 de mayo de 2014

Entrega?

Sé que este post va a levantar ampollas y vaya por delante que con mis palabras no pretendo juzgar ni condenar ninguna actitud. Líbreme dios! Básicamente porque no me considero una persona impoluta de pecados y, como siempre digo, tengo más defectos que virtudes, pero hace tiempo, demasiado tiempo ya, que este tema me quema en las teclas y no sería yo si no dijera lo que pienso. Aunque en esta ocasión, a diferencia de otras, espero conseguir ser justa y sobretodo sutil, principalmente porque la mayoría de l@s amig@s que me leen se encuentran en el caso que voy a comentar, y nada más lejos de mi intención que ofenderles.

Desde niña supe que era distinta, que tenía deseos distintos y fantasías diferentes a las de las otras niñas. Ellas soñaban con un príncipe azul que las recogiera en un caballo blanco y yo con un Cabrón que me diera dos hostias antes de raptarme para usarme a su gusto, que me encerrara en una celda y me sacara de ella sólo para sus perversiones, etc.etc. (no es literatura, es auténtico).

Más adelante, transcurridos los años y ya en la madurez, entré en este mundo maravilloso y, bueno, ya he explicado por ahí abajo como surgió la necesidad de vivir mi sumisión y cómo dí mis primeros pasos en este mundo que adoro, así que no me repetiré, pero sí hay algo de lo que no he hablado y es preciso que lo cuente para dar pie al asunto que quiero comentar.

Cuando tuve claro que quería vivirlo, que necesitaba vivirlo, más bien, yo estaba casada. Un matrimonio convencional, con un hombre convencional, al que de ningún modo podía hablarle de mis inclinaciones en este sentido. Sabía perfectamente que no lo entendería y que mucho menos estaría dispuesto a experimentarlo conmigo. Poco a poco, la necesidad empezó a ser acuciante. Naturalmente quería a mi marido, pero una parte de mí luchaba por salir. Mi vertiente sumisa se abría paso con toda la fuerza del universo. Seguía siendo la esposa y madre ejemplar, pero cada día que pasaba me sentía un poco más frustrada por no poder dar salida a esos impulsos que sentía desde muy jovencita. Naturalmente, esta frustración, como todas, empezó a hacer mella en mi matrimonio, la relación empezó a no ser tan bonita como antes y en poco tiempo se volvió insostenible. 

Yo sabía que estaba en mi mano recuperar aquella historia, conseguir que volviéramos a ser felices, puesto que el amor no se había acabado. Era yo, era esa perra, la que lo estaba destrozando poco a poco, al mismo tiempo que me destrozaba a mí misma, así que tenía que tomar una decisión. O bien olvidaba mis fantasías, recuperaba mi matrimonio y seguía siendo esa esposa clásica y ejemplar o, por el contrario, daba un giro de timón total y absoluto a mí vida, rompía con mi pareja y me lanzaba a por lo que necesitaba vivir.

No hace falta que explique cuál fue mi decisión. Estoy aquí. Pero sí que en estos once años transcurridos ni un solo momento me he arrepentido de tomarla. El bdsm cambió mi vida, me permitió ser yo misma, ser auténtica y sobretodo ser más libre de lo que había sido nunca. 

Pero... siempre existe un pero, llego a este mundo y me encuentro con que la mayoría de sus integrantes están casados o tienen pareja, al margen de sus relaciones bdsm. Que el 99% (por decir una cifra, que no he hecho una estadística, conste) de l@s Dominantes y sumis@s llevan una vida paralela. Y van pasando los años y sigo encontrándome con lo mismo. Sumisas a las que se le llena la boca al hablar de su entrega absoluta, incluso de esclavitud en algunos casos (dios mío!) pero digo yo que no será tan absoluta cuando tienen que cumplir con el que duerme al lado. Si el/la Amo/a exige, por poner un ejemplo, castidad durante tres meses... pasarán tres meses sin acostarse con el marido o la esposa?. No, claro, eso es un límite, igual que las marcas. Dominantes que presumen de cuidar a su sumisa totalmente y en todo momento, y también se me ocurre que si la sumi llama un sábado por la noche para que la lleve al hospital por un ataque de ciática, va a ser complicado montarse una excusa para la parienta. Bueno, eso no ocurriría porque seguramente no pueden comunicarse fuera de las horas estipuladas.

Entrega en cuerpo y alma... Lo siento pero no me cabe en la cabeza. No entiendo como puedes entregarte a una persona viviendo en pareja con otra. Tanto el Dominante como la sumisa (hablaré en estos géneros porque es lo que más abunda por aquí) no son una parte independiente del hombre, el esposo y el padre o de la mujer, esposa y madre. Comparten cuerpo, alma y mente. No me vale que me digan esa parte de mí es suya y la otra es de mi marido (o esposa). No hay compartimentos. Y ellos y ellas lo saben, porque si realmente fuera así de sencillo no tendrían que engañar a sus parejas convencionales (nunca usaré el término vainilla), se lo explican y listo, no?

Y al final resulta, tristemente, que la mayoría de relaciones bdsm son unos cuernos ordinarios, y me da una rabia tremenda que se vulgarice la belleza de una relación D/s, tanta pena que si no lo digo reviento.

Sé que cada historia es un mundo, que todos tenemos nuestras propias circunstancias que a veces se traducen en miedos o en imposibilidad de ir a por lo que deseamos, es por eso que, como he dicho al principio, no me atrevería jamás a juzgar a nadie y así espero que lo interprete todo aquel que lea esta reflexión, pero no puedo entender cómo pueden vivir la entrega que requiere una relación D/s, compartiendo su intimidad con otras parejas. No puedo entenderlo.

Anastasia ©


jueves, 8 de mayo de 2014

El castigo del silencio

Continuando con el tema del que hablaba ayer, creo que el silencio es incluso peor que la soledad, puedo estar sola pero si me acompaña algún sonido no resulta tan duro, en cambio si dejo de escuchar una voz que para mí es no ya importante, sino imprescindible y su silencio me envuelve, aunque esté acompañada me siento desamparada, como perdida en un agujero negro, sin saber a priori cómo llegué hasta ahí y deseando salir y volver a la normalidad.

El silencio de un Amo es el peor castigo que puede aplicar a su sumisa. Te sientes sola, desorientada, asustada. La primera sensación, y la más terrible, es que no sabes si te está castigando y como castigo tendrá una duración determinada o si, por el contrario, realmente le has ofendido tanto que te ha abandonado. Te invade el temor de no volver a escuchar su voz y eso te destruye. Después, por mera autoprotección, decides creer que te está dando un escarmiento, que volverá en algún momento y entonces te inunda el remordimiento por haber hecho algo mal, por merecer su ausencia. Más tarde el desconcierto se apodera de ti cuando te pones a pensar y descubres que no sabes cuánto durará ese silencio.

Son distintos sentimientos que vas experimentando a medida que transcurren las horas, los días. Durante el proceso pasas del estado histérico al llanto, del llanto a la indignación, de la indignación a la rabia, de la rabia a la tristeza, de la tristeza al malhumor, del malhumor a la impotencia y de ahí nuevamente al histerismo. Tu única salvación estriba en conocer a tu Amo. Cuando ha pasado el tiempo suficiente como para que puedas analizar la situación con frialdad, si le conoces de verdad, si sabes cómo se comporta, llegas a discernir que no tardará en volver y una vez te convences de esa certeza, es cuando empiezas a buscar tu error. 

Recuerdas conversaciones, reprimendas, rememoras cuántas veces te ha reprochado una actitud, cuántas te ha dicho no hagas eso o no te comportes así, cuántas te ha comentado sutilmente que no le gustaba que te relacionaras con alguien. Piensas en todas las ocasiones en que no has obedecido, que le has llevado la contraria, que has hecho caso omiso o que has buscado su enfado, retarle o sacarle de sus casillas. Poco a poco empiezas a entender por qué estás donde estás, asumes que son muchas las veces que has cometido el mismo error y calibras desesperadamente cuál fue el momento exacto en que le llevaste a decidir aplicar ese duro castigo. Llegas incluso a conmoverte, sabiendo que El lo pasa tan mal como tú, que quizás en ese momento sienta que no es un buen Amo, que ha fracasado en su intento de dominarte. 

Te destroza pensar que pueda sentirse frustrado, cuando la culpa es únicamente tuya, tuya y de tu rebeldía, tuya y de tu cabezonería, tuya y de tu maldita insumisión. Piensas que no es El, eres tú quien no sirve para esto. Llegas a la conclusión de que cualquier sumisa se sentiría orgullosa de pertenecer a un Dominante como El. Te cuida, te protege, te enseña, te guía, siempre de la mano, sin soltarte nunca, pero tú eres rabiosa, caprichosa, egoísta, siempre quieres más, siempre quieres pasar por encima y ahora tienes lo que te mereces. En realidad, decides, lo que mereces es que no vuelva nunca, aunque necesitas hablar con El una vez más, sólo una vez más, para decirle lo mucho que lo sientes, para hacerle entender que el error no es suyo, que no eres digna de alguien como El, que no crees merecer ni siquiera otra oportunidad...

Y cuando ya tienes eso clarísimo, suena el teléfono o se enciende una luz en la pantalla y tu Amo te pregunta ¿cómo estás? Y se abre el cielo, y das gracias a todos los dioses porque El ha vuelto, y te olvidas de todas tus promesas porque El ocupa todos tus pensamientos. Su imagen, su voz cálida te llenan, y rompes a llorar y le explicas cuánto le has echado de menos y le aseguras que nunca volverás a hacer algo así y le suplicas que vaya a verte y que te abrace y que no deje de ser tu Amo, y le juras que todo va a cambiar, que vas a ser la mejor sumisa del mundo por y para El... y El te tranquiliza condescendiente sabiendo que no será así, que nada cambiará pero, aunque no te lo dirá, eso no le importa porque te escogió a ti tal y como eres, y te sonríe, y el sol vuelve a brillar, y tú vuelves a respirar....

Anastasia ©


miércoles, 7 de mayo de 2014

Castigos

Existen muchas formas de castigar a una sumisa. Se puede usar el castigo físico, el castigo mental, dolor, indiferencia, el silencio, pero no hay mayor castigo para ella que saber que le ha decepcionado, que le ha fallado, que le ha ofendido, que le ha entristecido con su actitud... Ese es el verdadero castigo. El más doloroso y el que no tiene remisión, porque aunque pagues por él, seguirás sintiéndote fatal.

Puta sumisión...

Anastasia ©

sábado, 3 de mayo de 2014

Experiencias

Hace unos meses tuve una experiencia inolvidable desde mi otra vertiente, la dominante. Una sumisa muy grande, la más grande que conozco, que además es una mujer excepcional y una bellísima persona, decidió ponerse en mis manos después de muchos años de amistad y vivir conmigo un encuentro muy especial. Días más tarde, escribió en su blog el texto que paso a transcribir junto con mi respuesta al mismo, porque sí, porque quiero conservarlo en este rincón y porque me siento orgullosa, para qué negarlo, de haber sido capaz de inspirar algo así. Pedantería? Quizás. Nunca he negado ser pretenciosa, no voy a hacerlo ahora.

MI NUEVA PRIMERA VEZ

Tensión facial... esa dificultad para sonreír o expresar algún tipo de emoción sin parecer de cartón... eso fue lo primero que me produjo cruzar por segunda vez en mi vida aquel umbral.

Era extraño porque, las sensaciones previas a la sesión, no se parecían en nada a las que estaba acostumbrada a tener en situaciones semejantes; no eran mejores ni peores, simplemente no eran las mismas.

Se me ocurren múltiples razones para que eso pasara, pero después de darle una infinidad de vueltas desde que aquello sucedió, ya he hallado la respuesta: no había presión!!

Y que maravillosas son las experiencias en las que no existen presiones de ningún tipo; yo no las llevaba y ninguna de las personas allí presentes me las impusieron.

Con el tiempo, recuerdo aquella noche de distinta manera a que si hubiera escrito este blog días después, y la verdad que me alegro de haberme esperado, porque aunque quizás haya perdido frescura, he ganado perspectiva.

Ahí estaba Ella y no podía mirarla, me pidió que la mirara, y no podía, me ordenó que la mirara, y volví a sentir esa cara de cartón con la que había cruzado su umbral, esa sonrisa tonta que no puedes borrar de tu rostro.

La miré, la miré fijamente a los ojos, apenas sin pestañear, y como un flash que parece que dura horas vinieron a mi mente todas nuestras conversaciones y recuerdos mutuos (los divertidos, los tristes, los duros...) y a pesar de que mi cuerpo llevaba desnudo algún tiempo, fue sólo entonces cuando me sentí desposeída de cualquier prenda, escudo o esquina donde poder refugiarme... jamás he sentido esa desnudez de alma mirando a alguien.

Entonces comprendí que LA ENTREGA, ese regalo tan valioso que damos a la persona en cuyas manos nos ponemos, sólo es amor y respeto... nada más... sin miedos, sin expectativas por cumplir, sin fracasos posibles, sin decepciones ocultas, como dije anteriormente, sin presiones.

Y... estuvo muy bien, lo pasamos de puta madre vamos, jajaja, desde entonces a veces me sorprendo recordando algún momento concreto y automáticamente sale una carcajada por mi garganta y una gran sonrisa.

Cada minuto que duró la sesión, una pieza de mi puzle mental se colocaba en su sitio; aquellas piezas de puzle ahora sin hilos, que un día saltaron por los aires y que no había vuelto a poder ordenar, se colocaban solas, casi burlándose de mi, a cada azote, a cada pinza, a cada gemido, a cada palabra, a cada gota de cera, a cada caricia...

Ahora, con esa perspectiva que da la distancia, tengo el total convencimiento que tener esa sesión me ha proporcionado algo extremadamente valioso (a lo que aún no he sido capaz de poner nombre).

Y como una serpiente muda su piel, yo mude la mía, y no es por nada, pero esta nueva piel es además de más bonita, más mía.

Desde que te conocí siempre has estado ahí... tu mano siempre en mi espalda, sujetando mi alma...

A pesar de todo, siento que mi vida es muy afortunada... tu estás en ella... Gracias!

Lluna

Hay momentos en la vida, instantes fugaces a veces, que te hacen sentir muy bien y muy grande, que te hacen comprobar que estás en el camino adecuado, que no te equivocas en tu actitud y sobretodo en tus elecciones. No diré que me has dejado sin palabras, porque ya sabemos que si callo reviento, pero sí te daré las gracias por tu cariño, tu respeto y tu entrega, esa entrega que tú piensas que nació esa noche pero yo siento hace mucho tiempo.

A pesar de eso, lo que más me llena, sin ninguna duda, es haber podido ayudarte por fin a cambiar esa piel. Sólo por esa metamorfosis, ni por el honor de atravesar esa puerta contigo (que fue muy grande), ni por el placer (que lo hubo), ni por las risas (que fueron muchas), ni por la experiencia (que fue una de las más gratificantes de mi vida), sólo por tu liberación ha valido la pena, porque sabes muy bien que ese ha sido mi mayor objetivo desde hace mucho, mucho tiempo.

Gracias niña, gracias por todo. Te quiero

Anastasia

jueves, 1 de mayo de 2014

Límite superado

La perra quería, necesitaba dárselo, pero el temor a volver a sufrir lo ya experimentado la paralizaba. Hacía ya mucho tiempo que alguien que no tenía ni idea de manejar el asunto anal la había lastimado. Forzó una y otra vez su culito virgen, en la vieja certeza de que la letra con sangre entra, pero nunca había conseguido penetrarla completamente y tampoco no causarle un dolor indescriptible que le duraba varios días.

Habían pasado varios años de aquello, muchos, de hecho, y ella siempre se había negado a volver a intentarlo con nadie. Era su límite más sagrado, el que jamás pensaba superar. Su ano era sólo camino de salida, decía con sorna y lo estipulaba como intocable en el minuto uno de cualquier relación.

En esos años había pertenecido a dos Dominantes que, sin forzarla, habían intentado convencerla de probar asegurándole que no le harían daño, que la tratarían con cuidado, que la ayudarían a olvidar aquella pesadilla, pero a pesar de la confianza que tenía en ellos su mente estaba totalmente bloqueada a esa práctica, no sólo se negaba a que la penetraran con su miembro, sino también al uso de dedos, plugs o dildos, ante lo cual y para evitar males mayores, como los grandes Caballeros que eran, cesaban en su intento.

Pero apareció El. Desde el primer momento hablaron del asunto con toda naturalidad, como hacían con cualquier otro. Su Dueño le informó de que cuando estuviera preparada superarían juntos ese límite, pero sólo en el momento en que ella lo deseara.

Durante meses comentaban el tema, bromeaban sobre eso, hasta el punto de crear en la perra la necesidad de ofrecerle ese regalo. Igual que lo conseguía todo de ella. Sin presiones, sin fuerza, sin órdenes. Su leona pensaba que era tanto lo que recibía y tan poco lo que podía dar, que le parecía sumamente egoísta negárselo. Ser sumisa, se decía, no es sólo obtener lo que te gusta. Ser sumisa es esfuerzo, es lucha, es sufrimiento, es dolor; a pesar de que El le repetía una y otra vez que no sufriría, que no habría dolor, que conseguiría llevarla a obtener placer a través de ese nuevo camino.

Era el momento, pero El no lo tomaría a la fuerza. Si quieres dármelo, pídemelo, le dijo. Ella, asombrada de la seguridad que sentía, serena y confiada, le pidió que la usara.

No hubo dolor, sólo existíó ternura, cariño y un cuidado extremo. Mirándose a los ojos, cogidas las manos. Pendiente El de todas y cada una de las reacciones de su cachorra. Sorprendida ella por las sensaciones nuevas y diferentes que estaba experimentando. Disfrutando ambos del momento, la experiencia y de la entrega mutua que se brindaban.

Orgulloso de su perra, salió de ella y la besó. Ella, los ojos abiertos como platos y una sonrisa invadiendo su rostro, sintiéndose orgullosa de pertenecerle, grande por haber confiado en El y más Suya que nunca, musitó un gracias, mi Señor y se cobijó, feliz, entre sus brazos.

Horas después, una vez El se hubo marchado, Anastasia decidió escribir y compartir su experiencia. No suele dar detalles de sus encuentros, no acostumbra a hablar de su intimidad, pero necesitaba expresar hasta qué punto esta experiencia le ha demostrado una vez más, que todo, cualquier límite, cualquier miedo, es superable, siempre que se trabaje desde el cariño y la confianza. Siempre que nos pongamos en las manos de la persona adecuada... Y yo no podría estar en mejores manos.

Anastasia ©