jueves, 1 de mayo de 2014

Límite superado

La perra quería, necesitaba dárselo, pero el temor a volver a sufrir lo ya experimentado la paralizaba. Hacía ya mucho tiempo que alguien que no tenía ni idea de manejar el asunto anal la había lastimado. Forzó una y otra vez su culito virgen, en la vieja certeza de que la letra con sangre entra, pero nunca había conseguido penetrarla completamente y tampoco no causarle un dolor indescriptible que le duraba varios días.

Habían pasado varios años de aquello, muchos, de hecho, y ella siempre se había negado a volver a intentarlo con nadie. Era su límite más sagrado, el que jamás pensaba superar. Su ano era sólo camino de salida, decía con sorna y lo estipulaba como intocable en el minuto uno de cualquier relación.

En esos años había pertenecido a dos Dominantes que, sin forzarla, habían intentado convencerla de probar asegurándole que no le harían daño, que la tratarían con cuidado, que la ayudarían a olvidar aquella pesadilla, pero a pesar de la confianza que tenía en ellos su mente estaba totalmente bloqueada a esa práctica, no sólo se negaba a que la penetraran con su miembro, sino también al uso de dedos, plugs o dildos, ante lo cual y para evitar males mayores, como los grandes Caballeros que eran, cesaban en su intento.

Pero apareció El. Desde el primer momento hablaron del asunto con toda naturalidad, como hacían con cualquier otro. Su Dueño le informó de que cuando estuviera preparada superarían juntos ese límite, pero sólo en el momento en que ella lo deseara.

Durante meses comentaban el tema, bromeaban sobre eso, hasta el punto de crear en la perra la necesidad de ofrecerle ese regalo. Igual que lo conseguía todo de ella. Sin presiones, sin fuerza, sin órdenes. Su leona pensaba que era tanto lo que recibía y tan poco lo que podía dar, que le parecía sumamente egoísta negárselo. Ser sumisa, se decía, no es sólo obtener lo que te gusta. Ser sumisa es esfuerzo, es lucha, es sufrimiento, es dolor; a pesar de que El le repetía una y otra vez que no sufriría, que no habría dolor, que conseguiría llevarla a obtener placer a través de ese nuevo camino.

Era el momento, pero El no lo tomaría a la fuerza. Si quieres dármelo, pídemelo, le dijo. Ella, asombrada de la seguridad que sentía, serena y confiada, le pidió que la usara.

No hubo dolor, sólo existíó ternura, cariño y un cuidado extremo. Mirándose a los ojos, cogidas las manos. Pendiente El de todas y cada una de las reacciones de su cachorra. Sorprendida ella por las sensaciones nuevas y diferentes que estaba experimentando. Disfrutando ambos del momento, la experiencia y de la entrega mutua que se brindaban.

Orgulloso de su perra, salió de ella y la besó. Ella, los ojos abiertos como platos y una sonrisa invadiendo su rostro, sintiéndose orgullosa de pertenecerle, grande por haber confiado en El y más Suya que nunca, musitó un gracias, mi Señor y se cobijó, feliz, entre sus brazos.

Horas después, una vez El se hubo marchado, Anastasia decidió escribir y compartir su experiencia. No suele dar detalles de sus encuentros, no acostumbra a hablar de su intimidad, pero necesitaba expresar hasta qué punto esta experiencia le ha demostrado una vez más, que todo, cualquier límite, cualquier miedo, es superable, siempre que se trabaje desde el cariño y la confianza. Siempre que nos pongamos en las manos de la persona adecuada... Y yo no podría estar en mejores manos.

Anastasia ©


4 comentarios:

  1. Uauuu niña..te entiendo perfectamente.Lo que pasa es que ahora se ha vuelto en mi miedo....mi ex Amo fue un bruto....y ahora quisiera sentir lo mismo que tu.Felicidades por contarlo,princesa.

    ResponderEliminar
  2. Lo sentirás pero sólo, repito, si te pones en las manos adecuadas, en alguien que confíes al 100%, pero también has de darte tiempo. Los Dominantes de los que hablo y no les permití intentarlo también eran adecuados y tenían mi absoluta confianza, pero yo aún no estaba preparada para volver a intentarlo. No tengas prisa ni te obsesiones con ello, y sobretodo no dejes que nadie lo pruebe si no estás completamente segura. Ya me contarás, cariño ;)

    ResponderEliminar
  3. Enhorabuena Anastasia Es otro paso adelante , nada facil pero como entrega fabuloso

    ResponderEliminar
  4. Gracias niña. Entrega absoluta sí, nadie lo había vuelto a conseguir... y orgullosa de ello.

    ResponderEliminar