domingo, 7 de junio de 2015

Y tú ¿cueces o enriqueces?

¿Y a ti te someten o te sometes? Hoy, haciendo eso que más me gusta, hablar de BDSM, alguien me ha preguntado, ¿y tú qué tipo de sumisa eres? ¿Fácil o difícil de someter? Y no he tenido ningún problema en responder que yo soy imposible de someter. A mí no me someten, soy yo quien se somete a quien se lo gana.

A mi interlocutor le ha parecido sorprendente la respuesta e insistía, te somete quien es capaz de hacerlo. No. Me someto yo, repito, ante quien es merecedor de tal premio y, sobretodo, ante quien veo capaz de corresponderme en la misma medida. (En breve entraré en la calidad egoísta de la sumisa, pero el tema da para un post propio que dejaré para otra ocasión).

El caso es que, por lo visto, es la primera vez que este caballero obtiene tal respuesta, a pesar de los muchos años que lleva en el asunto, y eso me ha llevado a comprobar, uuuuuna vez más, que soy un bicho raro.

Pero no he dicho ninguna tontería, ni tampoco ha sido un acto de pretensión u orgullo. Lo he comentado varias veces (y eso sí es orgullo). En los años que llevo en esto he pertenecido a cuatro Amos. Los mejores Dominantes, en todos los casos. Caballeros a quienes les debo lo que hoy soy, porque son ellos quienes convirtieron a una mujer en una Diosa...

Si bien ninguno de ellos me sometió. Les conocí, les estudié, me dí cuenta de que eran lo mejor para mí; es más, en todos los casos me dije: le has encontrado, nena; pero yo y sólo yo decidí regalarles mi sumisión y entregarme a ellos. Ninguno doblegó mi voluntad, ninguno me obligó a arrodillarme y ninguno con su mirada consiguió hacerme callar. Me temo que no ha nacido alguien capaz de eso. Mi voluntad la doblegué yo porque eso me producía placer, me arrodillé yo por la satisfacción que arrodillarme me brindaba y callé porque eso es lo que Ellos querían y me apetecía que se sintieran orgullosos de mí, sencillamente porque consideré que merecían ese regalo.

Otros lo han intentado, otros han querido que fuera suya, Caballeros igualmente Dominantes y muy fuertes, y no lo han conseguido. No me parecieron merecedores de mi entrega y no se la dí, o quizás pensé que no serían capaces de darme lo que yo necesito. Es así de simple.

Pero mi respuesta, indudablemente, es que yo me someto. ¿Y tú? Piénsalo.

Anastasia©

3 comentarios:

  1. Como siempre,mi querida Anastasia, tienes razón y es la sumisa la que se somete.
    Me alegro ver que te va bien.

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  2. Hola guapa, dichosos los ojos! Un beso

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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